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09 septiembre 2009

Diez intimidades

Aunque no me convence mucho esto de los memes -creo que es el primero que hago en dos años largos del blog-, viniéndome de quien viene, voy a tratar de contar diez cosas que los lectores no saben sobre mí, o al menos así lo pienso yo.

1) Soy el mayor de una familia de ocho hermanos y, por lo tanto, durante una buena parte de mi vida he ido ejerciendo de avanzadilla, de ariete con el que derribar los obstáculos que se iban presentando. En bastantes ocasiones me llevé la peor parte, sobre todo en mi relación con mi padre, cuyos problemas iniciales hemos sabido superar con el tiempo y con paciencia de picapedrero.

2) Tengo una hija y un hijo maravillosos, y que seguramente no merezco, me divorcié muy joven (33 años) cuando hacerlo era una osadía a la que no demasiados se atrevían por las complicaciones que conllevaba. Hoy, tras un periplo de parrandero infatigable que no me aportó demasiadas cosas, llevo diez años compartiendo mi vida con la mujer que mejor ha sabido comprenderme y entenderme, que no es fácil.

3) A casi todo he llegado más bien tarde en la vida, pero siempre he llegado cuando he querido y no me arrepiento de casi nada. Abandoné los estudios cuando cursaba bachillerato en un instituto franquista por mi incompatibilidad manifiesta con los profesores del régimen. Al incorporarme a filas tuve la suerte de coincidir con el reemplazo de abril, que en aquella época era en el que se incorporaban aquellos que utilizaban la prórroga para acabar los estudios universitarios. Así que me llevé casi dos años compartiendo mi vida, como en un matrimonio de circunstancias, con una pléyade de médicos, arquitectos, ingenieros, abogados, etc. Una surtida muestra de mi generación que estaba llamada a cambiar el destino de mi país y mi vida y que tenía como emblema, con excepciones, el sello de la rebeldía y un sentimiento arraigado de izquierdas. Lo que me marcaron y lo que significaron daría para escribir una novela. A partir de ahí retomé los estudios y concluí la carrera de Profesor de EGB, rama filología moderna, que jamás he ejercido por voluntad propia. Ahora estoy a punto de terminar la segunda, la que siempre quise hacer y que simboliza la pasión de mi vida: periodismo.

4) Siempre me he considerado de izquierdas, activista y militante del movimiento obrero, aunque a veces me dicen quienes me conocen que no me importa hacer la guerra por mi cuenta. Y no les falta razón, porque rara vez me pliego ante lo que considero una injusticia y mi rebeldía natural me ha causado más de un problema al respecto. Llevo treinta años trabajando y luchando por mis derechos en la misma empresa. Jamás he conseguido que se me reconozca lo que valgo, si es que valgo algo, y muchos me dicen que si no tuviera esta forma de ser hubiese llegado lejos. Pero siempre he tenido claro que no es allí a donde voy y que prefiero entrar cada día a mi puesto de trabajo con la cabeza bien alta y la dignidad intacta, cosa harto difícil tal y como están los tiempos. Eso sí, cuento con el respeto y la amistad de muchos compañeros en una empresa donde eso es un bien escaso y caro, cosa que me llena de orgullo y satisfacción.

5) Una de mis mayores pasiones es la literatura. He leído infinidad de libros y autores y continúo prefiriendo entre todos a Gabriel García Márquez, por su forma de narrar inigualable. Escribo desde que tengo uso de razón y creo que cuando cojo la pluma es cuando saco lo mejor de mí. Tengo una novela acabada, inédita y resguardada del polvo del tiempo en un rincón oscuro del disco duro del portátil desde el que esto escribo. Todavía no he sido capaz de decidir qué hacer con ella. La segunda está escrita a la mitad, sin saber si algún día la terminaré y con la otra mitad celosamente custodiada en el interior de mi cabeza. Además he escrito un buen número de relatos, algunos de ellos publicados en este blog, y algo así como un millar de poemas.

6) Mi otra gran pasión es el fútbol y el Sevilla FC, que para mí es como una forma de vida. He jugado desde pequeño y dicen que muy bien y siempre me quedará la duda de que, si no hubiera sido tan parrandero y me lo hubiera tomado con seriedad, tal vez podría haber llegado al fútbol profesional. Hoy me limito a seguir a mi equipo de toda la vida y añorar con tristeza aquellos tiempos en que todavía era capaz de ponerla en el segundo palo desde cualquier parte de la banda izquierda.

7) Desde muy joven tuve la extraña manía de acercarme a los muy mayores para escuchar sus historias. Fue así como supe de los sucesos de la reciente Historia de España y de la represión que significó el franquismo, otra de las cosas que me marcó. Conocí a muchos de los represaliados, sobrevivientes del ejército republicano que malvivían buscándose la vida como podían en una sociedad que los marginaba porque pensaban diferente. Ellos me enseñaron la cara oculta de la época y nunca dejaré de agradecérselo. En especial a mi amigo Antonio Ferrera, donde quiera que esté, el insigne mutilado apasionado de Lorca con el que recorría las calles de Sevilla, a lomos de su ciclomotor de parapléjico, debatiendo de política y literatura.

8) Tengo mucho respeto por la muerte y me da pánico la palabra cáncer. Por eso las escribo, para espantarlas.

9) No cuento con demasiados amigos íntimos, la amistad a esos niveles es algo que valoro en su justa medida y que procuro repartir con justicia y equidad porque me parece de lo más caro que hay en esta vida. Pero los pocos que tengo son incondicionales y desde siempre. Sin ellos no sería el que soy y por eso les estaré eternamente agradecido.

10) Tuve un sueño recurrente durante muchos años: veo a mi hijo pequeño que se despeña desde un octavo y yo me lanzo tras, él intentando cogerlo entre mis brazos, para tratar de amortiguar el golpe contra el suelo con mi cuerpo. Siempre me despertaba en estado casi agónico antes del impacto definitivo. Dicen que eso le alarga la vida, aunque no suelo creer en esas cosas. Lo que sí estoy seguro es que manifiesta el amor que les profeso y la enorme gratitud que les debo a ambos por ser como son y por considerarme su padre, algo que no se incluye en el kit del nacimiento, sino que hay que ganárselo a pulso durante toda una vida. Hoy, afortunadamente, duermo como un lirón y de un largo toda la noche, de lo que me alegro, porque no resultaba nada agradable despertarte cada mañana con el corazón escapándose por la boca.

Al ser un meme una conversación entre blogs y verme en la difícil obligación de pasarlo a alguien, le envío el marrón a Coyote, editor del blog “Nada que hacer y algo que contar”, una persona que me lee siempre en silencio desde hace mucho tiempo y por la que tengo un sentido cariño.



12 comentarios:

Lucas dijo...

Este desnudo interior ha quedado genial ;)

Daniel dijo...

Ya llevo un año siguiéndote, desde el EBE del año pasado y no es una entrada como las demás. Es bueno ir conociéndote aunque algunas cosas ya las sabía porque las has ido desvelándo en otras entradas. Un saludo.

i met you dijo...

no se lo lejos que podrías haber llegado pero desde luego tus cercanias son excelentemente humanas.

El amor a los hijos, encontrar una pareja con la que compartir amor, tener buenos amigos y cuidarlos y ser consecuente con lo que se cree, es suficiente para poder domir bien.

Es curioso que casí así es como imaginaba tu vida.

y como somos de la misma generación ,entiendo perfectamente las decisiones que has tenido que ir tomando en una época donde el compromiso con la izquierda no era solo política.

Yo tambien soy la mayor de mis hermanos y tengo dos hijos, me divorcie tomando yo la decisión,he cometido errores, muchos, y he vivido intensamente las cosas que debían ser vividas, tambien pude, al final, terminar la carrera que realmente quería, tambien tengo pocos amigos pero buenos y no he llegado lejos pero mis cercanias me gustan y duermo muy bien abrazada a la persona que realmente ha sabido amarme y a la que amo. Pero hay un detalle importante y es que soy mujer, y sabes que si para vosotros abrir caminos era difícil para nosotras erá y es un trabajo casí hercúleo, el franquismo y el postfranquismo,se destacaban por un machismo casi indestructible, y esa lucha fue, es y seguirá siendo la batalla más importante en la que he estado metida.
(mis hijos han heredado un fuerte carácter y mi hija es una mujer plena en derechos)

bss y perdona por tanto rollo pero has abierto la caja de pandora...

Anónimo dijo...

Gregorio, es un honor recibir este testigo, aunque al igual que tú, yo tampoco soy mucho de memes (de hecho nunca he participado en ninguno), pero creo que puede ser interesante que los que formamos esta pequeña comunidad bloggera e incluso nuestros lectores nos lleguemos a conocer un poco más.

Me guardo la entrada para dentro de unos días, porque tengo preparados una serie de posts temáticos, pero prometo postearla al final de la serie.

Un abrazo del C0y0te, que como bien dices, siempre te lee, aunque sin armar ruido...

Gregorio Verdugo dijo...

Lucas: me alegro que haya gustado.

Gregorio Verdugo dijo...

Daniel: desde luego que es bueno conocernos y sí, algunas cosas están posteadas en otros lugares del blog, pero creo que en niguno con tanta cercanía. Me enorgullece que lleves un año conmigo en el blog, eso me motiva sobremanera.

Gregorio Verdugo dijo...

i met you: qué decirte compañera, no sólo no me molesta, sino que sabes que puedes tomarte todo el espacio que quieras en esta tu casa. Llevamos un buen trecho recorrido juntos y tu relato me emociona y me conmueve, no me cuesta imaginarlo amiga, me resulta fácil. Te felicito por todo lo que has conseguido y porque tienes razón en lo de la complicidad que apuntas. En verdad hemos vivido realidades paralelas y es lógico que haya puntos en común. Eso que tenemos adelantado.
Un beso muy fuerte y brindo por tu gente y por tu felicidad, de corazón.

Gregorio Verdugo dijo...

Coyote: amigo mío, aunque no hagas ruído soy consciente de tu presencia, porque siempre te veo y sé que andas ahí. Eso es lo verdaderamente importante.

Anónimo dijo...

...y todo eso junto es lo que te hace ser un mamonazo entrañable. Un beso

Gregorio Verdugo dijo...

r laó: como no te quiero decir una cosa fea en público, sólo te diré que ya sabes mejor que nadie que te guardo del olvido en la alacena más sagrada de mi corazón.
Otro beso para ti.

Anónimo dijo...

Te conozco desde hace un instante, pero por tu confesión parece que compartimos la vida desde siempre. En realidad, nos une un sueño: ser y contarlo.
Nos vemos en clase, Gregory.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: no te identifico bien por el comentario, aunque me lo imagino, pero estoy seguro de dos cosas: que nos veremos en clase y que ese sueño en concreto sí que lo compartimos.