Refundemos la crisis

De manera que estalla una crisis que pone en grave peligro la estabilidad del sistema y, por tanto, la del planeta entero.

Todo apunta a que los causantes de la misma no son otros que esos especuladores de lo ajeno que llevan garrapateando a la sociedad desde allende los tiempos.

Las primeras reacciones no se hacen esperar y el desplome de otros especuladores menores que se sirven de los anteriores para obtener su trozo de tarta inunda las oficinas del paro de gente que se ha quedado sin nada de la noche a la mañana.

Saltan todas las alarmas, como en la selva cuando el olor a descomposición de un cadáver impregna el aire y alerta a los carroñeros más distantes. El sistema reacciona inyectando cantidades ingentes de dinero a los especuladores principales para que, a su vez, puedan hacer lo mismo a quienes dependen de ellos.

La cosa, lejos de quedarse ahí, continúa empeorando y es entonces cuando todos los ojos giran en el interior de sus órbitas a la búsqueda de un culpable, porque el sistema exige sangre, pero nunca la suya propia, que podría desangrarse y dejar de existir.

Es ahí donde entran en juego los trabajadores y los sindicatos que los representan, son el pagache ideal, el que menos poder tiene, el que menos capacidad de maniobra, y comienzan los gritos al cielo por una reforma laboral que abarate el despido, los salarios y hasta las cotizaciones a la Seguridad Social.

La derecha tiene claro cuál es su bando, la izquierda se debate entre apoyar tímidamente los derechos de los trabajadores y no tensar demasiado la cuerda que la desbanque del ¿poder? y la expulse del sistema que le da de comer.

Lo único meridianamente claro de todo este embrollo es que la banca no necesita sindicatos que la defiendan, para eso ya tiene a los gobiernos, para eso ya es la dueña absoluta del sistema. Ellos continúan ganando pase lo que pase y los platos rotos siempre acaban pagándolos otros.

¿Me puede explicar alguien qué es lo que hay que refundar en algo que siempre ha sido y será lo mismo?

Antes de emprender tan mastodóntica tarea sería conveniente asegurarnos de que vale la pena intentarlo ¿no?

Propongo mejor como idea refundar la crisis para ver si así alguna vez le toca a alguien que no sea a los de siempre.