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10 marzo 2009

La estupidez y la libertad de la red

Cuando leo esos extensos debates que cuestionan si lo de Internet es libertad pura o más bien simple apariencia teledirigida por intereses escurridizos, siempre acabo esbozando una malévola y sarcástica sonrisa para mis adentros.
Y no es por otra razón que si en la red no primara la libertad en su más honda acepción, como es la libertad de expresión y de información, jamás tendría posibilidad alguna de llegar ante nuestros ojos perlas de la literatura de alucinación como la que os traigo aquí y que pone de manifiesto que hasta los insultantemente estúpidos pueden acceder a ese gran bien, aunque sea motivo de pesadilla para la gran mayoría de nosotros.

"A la ministra (se refiere a la de Igualdad) le gustaría que todas las mujeres de España sacrificaran otros espacios de su vida por su carrera profesional, pero eso no tiene por qué ser así en todos los casos. Pasa igual que con los hombres, o con muchos de ellos, que pudiendo acceder a una promoción en su carrera prefieren mantener un puesto de trabajo cómodo que les permita disfrutar de otros ámbitos de su vida privada. Por ejemplo, en los tiempos de bonanza económica hay muchos varones andaluces y extremeños que prefieren cobrar el subsidio del PER a buscar un trabajo sacrificado lejos de su hogar, a lo que tienen perfecto derecho dado que el estado les permite esa opción"

Es el extracto de un texto panfletoide escrito por una suerte de talibán de las excelencias de la patria que hace llamarse Pablo Molina en un artículo titulado "La desigualdad es buena (y necesaria)" publicado en su blog "Crónicas murcianas", cómo no en Libertad Digital.
Este individuo, por denominarlo de alguna manera, ha hecho uso de su libertad de expresión y ha utilizado la red para decir las boberías que ni siquiera en su propia casa le consentirían. Porque esta deshonra para la región de Murcia es libre de pensar y escribir lo que le parezca oportuno y subirlo a Internet porque ésa es la grandeza de la red y en ella el ridículo se difumina como la tinta en el agua.
Estoy seguro que este junta letras de tres al cuarto no sabe ni ubicar a Extremadura y Andalucía en un mapa de España, como seguro que ni conoce los vericuetos de su historia ni las virtudes, que son muchas y muy buenas, de sus gentes, ni le alcanza al astrágalo de la dignidad del peor de ellos.
Pero con tal de alcanzar su segundo de notoriedad y, tal vez, la plamadita de su amo en la espalda servil es capaz de ensartar semejante collar de barbaridades y quedarse tan pancho.
Y es que la libertad, esa grandeza, no entiende de estupideces ni de estultos sin posibilidades de redención.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien esbozo una sonrisa
(muy malévola) leyendo según que cosas...jajaja


Eres grande Jack, gracias por tu labor de información.
Sabes que te admiro, y te leo siempre!,deje o no comentario.
Un abrazo enorme!!!

Gregorio Verdugo dijo...

carpe-diem: gracias, lo sé y siempre lo tengo en cuenta.
Un abrazo.